miércoles, 28 de julio de 2010

28 DE JULIO DE 2010

PERIODISTA DIGITAL

Cuando don José hablaba de su buena crianza
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Bono: “Que los calumniadores se marchen de Castilla-La Mancha”
Crónica de las grandes infamias elaboradas por el ex presidente de CLM
Ahora que José Bono se siente tan sensible a lo que él llama la calumnia de evidenciar su inmenso patrimonio, conviene recordar la época en que se convirtió en un animoso fabricante de infamias mientras reclamaba que los "calumniadores se marchen de Castilla-La Mancha".
Eran las elecciones regionales y locales de 1999. La estrategia de Bono en aquella ocasión fue pedir que quienes injuriasen o calumniasen se marchasen de la región. Lo pedía en cada mitin, después de abrirlos hablando de su excelente crianza personal como si alguien la hubiese puesto en cuestión. Tras autoelogiar su educación afirmaba que ello le impedía hablar mal de nadie, para a continuación poner a escurrir a sus adversarios políticos con descalificaciones personales.
El caso del Lino
Bono, entre otras, fabricó una inmensa calumnia, en la que los miembros del Gobierno regional participaron con entusiasmo, especialmente el entonces consejero de Agricultura, Alejandro Alonso, con su habitual tono malhumorado y el actual presidente Barreda, que andaban exigiendo responsabilidades sobre algo que luego la Unión Europea, la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo revelaron como una inmensa mentira. Levantaron una seria calumnia por las subvenciones del cultivo del lino sobre personas relevantes del PP, especialmente sobre la que fuera ministra de Agricultura y Comisaria Europea, Loyola de Palacio, y del delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, Carlos Moro. Ambos, como se sabe, fallecidos después por cáncer y, a los pocos meses de solventarse en los tribunales este asunto, la esposa de Moro por la misma enfermedad.
El entonces presidente de Castilla-La Mancha dio medida de sí mismo y de su cacareada buena crianza cuando conocidos ya todos los pronunciamientos del lino que establecían que en nada se había hecho mal uso de las subvenciones, Bono mantuvo hasta el mitin de cierre de campaña la injuria.
Lo explica pormenorizadamente Jaime Ignacio del Burgo en un artículo titulado "La integridad de Bono y Garzón", donde recuerda el activo y poco brillante papel del juez "estrella" este asunto acompañado del fiscal anticorrupción entonces, el no menos prestigioso Jiménez Villarejo.
El abogado Bermúdez
Pero no se paró en lo del lino. Bono no quiere apartar a sus adversarios políticos, quiere desprestigiarlos totalmente, así que recurrió expresamente a la mentira en otro caso referido al entonces diputado nacional del PP, el abogado José Antonio Bermúdez Alonso.
En un mitin en Talavera de la Reina, Bono dijo que Bermúdez había "robado" a una familia pobre en el ejercicio de su trabajo como profesional del Derecho. Las palabras del presidente y candidato a la reelección pasaron inadvertidas para casi todos los medios de comunicación, convirtiendo en exclusiva del diario ABC este acontecimiento de verificar otra calumnia en boca de Bono.
Realmente el abogado había extraviado en su propio despacho el cheque de una indemnización, que apareció al año siguiente y que tal y como había sido firmado por la compañía de seguros fue entregado con ese retraso a los beneficiarios. Este hecho fue utilizado torticeramente por la maquina propagandística del PSOE, y el abogado fue procesado y condenado por negligencia profesional por el Supremo, que lo inhabilitó durante un año para el ejercicio de su profesión, además cesó como diputado.
Las palabras de Bono exigieron una rectificación, que nunca se produjo públicamente, aunque el afectado recibió una carta de disculpas que tampoco quiso mostrar a los medios de comunicación. Pero el caso es que Bono fue cazado en una segunda calumnia y sin embargo permaneció en Castilla-La Mancha otros cuatro años desatendiendo su propio consejo o exigencia de que los calumniadores abandonasen la comunidad.
Se trata de dos casos relevantes que son, sin embargo, sólo una pequeña muestra de la forma de actuar de Bono, de la que personas como Agustín Conde, Carmen Riolobos o José Manuel Molina, ahora tan amigo, podrían dar testimonio personal.
EL DIGITAL DE CASTILLA-LA MANCHA

EL COMENTARIO PITI CALDERÓN

DE TODO CORAZÓN

Políticos y corrupción

Recriminada por mi jefe por escribir siempre mis columnas de forma irónica e incluso tan cruel que hasta son puestas como ejemplo de "choteo" a conocidos políticos en periódicos de tirada nacional, me decido a sentar la cabeza, aunque sea por un día, y abordo mi siguiente trabajo de forma seria y sosegada.

Tal vez ello me sirva para ser reclamada por alguna televisión o radio regional o local como fina analista política, junto a solventes y bien retribuidos compañeros de profesión, expertos en la actualidad política, social, económica… de Castilla-La Mancha y de donde sea. También, para que el presidente Barrios valore los meritos contraídos y decida darme por fin de alta en la Asociación.

A partir del ingente patrimonio acumulado por el presidente del Congreso, José Bono, y Ana Rodríguez, la ciudadanía sospecha con razón que la fortuna de algunos políticos se incrementa sospechosamente de inmediato cuando éstos inician su carrera política.

El político por vocación -según el alemán Max Weber, filosofo y uno de los fundadores del estudio moderno- está al servicio de ideales, mientras que el político profesional -el que tiene la calle para correr tras su trayectoria- hace de esta noble actividad una carrera para mejorar su status social y patrimonio, por medio del dinero y del poder.

Los numerosos casos de corrupción en la política en este país son de sobra conocidos y esa percepción está calando entre la ciudadanía hasta límites insospechados, aunque si el castigo electoral fuera mucho mayor su efecto sería más disuasorio.

Recientemente, el Consejo de Investigaciones Sociológicas (CIS) publicó en su barómetro autonómico unos datos muy interesantes sobre la corrupción en Castilla-La Mancha.

Sin embargo, a los políticos tan sólo les interesó resaltar los grados de conocimiento y satisfacción de sus respectivos líderes como si, al igual que los cromos, eso fuera sinónimo de éxito en cualquier contienda electoral.

Olvidaron, sospecho que deliberadamente, otros aspectos significativos del estudio que dejan bastante desacreditada a la clase política de esta región y del resto del país.

A nadie parece importarle como perciben los ciudadanos de Castilla-La Mancha las investigaciones policiales y procesos judiciales que se desarrollan en esta tierra contra sociedades varias, militantes, amigos y demás familia de la clase política, de la misma forma que en el conjunto de las administraciones.

A la vista de los datos del CIS, no hay duda de que la opinión pública de esta región siente que la corrupción se ha instalado definitivamente en la Comunidad.

Según el barómetro, la mayoría de los ciudadanos (55,6%) está convencido que en Castilla-La Mancha existen más o menos igual casos de corrupción que en otras Comunidades.

Y cuando tienen que señalar al culpable, la perversidad es más notable en la política autonómica donde el 50,6 por ciento de los ciudadanos opinan que se encuentra mucho o bastante extendida, mientras que baja hasta el 47,9 por ciento cuando analizan la administración local. De la política nacional mejor es no hablar pues se dispara hasta el 71,5 por ciento.

Aseguran los expertos que la corrupción política, que es la negación de la democracia, no genera trasvase de votos sino desapego al sistema. No es de extrañar entonces que cualquier éxito deportivo reciente se convierta de inmediato en el exclusivo nexo de unión y concordia de una sociedad cada vez más desengañada con sus representantes políticos.


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