29 DE JULIO DE 2011

LA GACETA DE INTERECONOMIA

Bono inicia obras y pone el Congreso ‘patas arriba’ a punto de agotar ya la legislatura

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Reforma su despacho y el de su secretaria, levanta las alfombras del hemiciclo y redecora el bar de los diputados. No ha informado a la Mesa de la Cámara. Los funcionarios más veteranos no dan crédito. Sólo en ventanas piensa gastarse nada menos que 177.000 euros. La adjudicación de las reformas aún aparece “en curso”.
Ignacio González Galán.
La última gran reforma del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero antes de disolver las Cortes a la vuelta del verano no ha ido encaminada a la mejora de la economía, del sistema financiero o del empleo; ni siquiera responde a ninguna de las mil tareas que le encargan desde Bruselas. La última gran reforma del presidente del Gobierno ha sido la del despacho de José Bono en el Congreso de los Diputados. Sólo 24 horas después del último Pleno antes de las vacaciones –y puede que hasta el definitivo en esta legislatura– Bono decidió poner patas arriba el viejo palacio de la Carrera de San Jerónimo. Las mismas alfombras del hemiciclo que el miércoles pasado pisaron tanto el presidente como Mariano Rajoy para subir a la tribuna de oradores en el debate sobre la Cumbre del Eurogrupo desaparecieron de la Cámara en lo que sólo era un presagio de lo que allí se avecinaba. Desde las ocho de la mañana de ayer –y así estará durante buena parte del mes de agosto– un importante grupo de operarios, conducidos por funcionarios de la casa, fueron acondicionando las dependencias del Congreso para la gran reforma que Bono dejará al heredero en la Presidencia del Gobierno si se confirman las encuestas, incluyendo la última del CIS, y que auguran una amplia mayoría del PP para las próximas elecciones.
Por dentro...
Con fondos públicos, sin saber aún el coste económico de la obra y sin haber informado a la Mesa del Congreso, el órgano de gobierno de la Cámara, Bono ha iniciado su última gran remodelación, que comienza por su propio despacho. Aunque sus dependencias ayer aún permanecían cerradas, fuentes parlamentarias han informado a LA GACETA de que pretende cambiar las telas de las paredes y acuchillar el suelo, algo deteriorado. Pared con pared, su secretaria sí que ha sido agraciada con una reforma completa del despacho. Ayer, de hecho, ya habían sido desalojadas todas sus pertenencias. No contento con ello, ayer mismo levantó buena parte de las alfombras que cubren el hemiciclo donde se propone acometer dos obras más que ya inició el pasado mes de enero, aprovechando las vacaciones parlamentarias del Navidad. Bono pretende terminar de reformar el bar que usan sus señorías durante los Plenos y al que denominaron Venus, por su peculiar aspecto y retocará, de nuevo, las nuevas tribunas para fotógrafos que construyó hace seis meses con mármol verde y que le costó una severa protesta por parte de la prensa gráfica, que desde ese momento ha visto limitada su movilidad dentro de la Cámara y ha prescindido de algunos tiros de cámara del hemiciclo.
...y por fuera
Como el presidente del Congreso gusta de lucir no sólo por dentro sino también por fuera, ha decidido cambiar buena parte de los enormes ventanales del edificio conocido como Palacio donde se encuentra el hemiciclo, la sala de Gobierno, su propio despacho y algunas dependencias más. A ello sumará la culminación de unas obras que se iniciaron hace unas semanas para terminar de acondicionar los sótanos y las nuevas plazas de aparcamiento que el Congreso estrenará en el mes de septiembre.
Sin permiso
Las obras que se iniciaron ayer, como ya ocurrió en las del pasado mes de enero y en otras anteriores, no pasaron por la Mesa del Congreso ni fueron informadas de ellas los distintos grupos parlamentarios. Muchos de ellos, de hecho, recibieron ayer la primera noticia al ser contactados por este periódico. La falta de información desvela, una vez más, el personalísimo modo con el que Bono desempeña las funciones de presidente del Congreso y no sorprende ni a sus propios colaboradores ni a los funcionarios. Algunos de ellos, con cerca de 30 años de experiencia en el Congreso, se quejaban ayer de “la que tenemos liada”, advertían de que mejor será “no recibir visitas”, se lamentaban del “mes de agosto que nos espera” y reconocía que pocas veces han visto esto.
Por si fuera poco, el Congreso de los Diputados, a fecha de ayer, no había informado de la adjudicación de ningún tipo de obra. Tan sólo figura, y pendiente aún de concurso, un capítulo que denomina “carpintería exterior” y que se corresponde con los nuevos ventanales que una enorme grúa comenzó a desmantelar ayer mismo. Sólo el coste de ese cambio de ventanas se traduce en 177.000 euros. A ello hay que sumar el resto de las reformas que ni siquiera aparecen adjudicadas.
Los trabajos en las dependencias del Congreso conllevan además un sobrecoste porque requieren, en ocasiones, de otros servicios del Estado y hasta estudio de Patrimonio Nacional, dado el carácter del edificio original, que data de 1850, en tiempos de Isabel II. Ayer algunos de los operarios que deambulaban por las Cortes pertenecían a la Real Fábrica de Tapices, los encargados de restaurar, limpiar y guardar las alfombras. Los propios servicios técnicos del Congreso se encargaron de retirar, a su vez, los retratos de ilustres políticos de la historia de España que cuelgan en las paredes para que se facilitase el último deseo de Bono: entrar con piqueta y pala en el Congreso antes de que Zapatero disuelva las Cortes y le desaloje del confesionario, de su despacho.
El ex ministro se deshace en elogios a Garzón: “Es una persona decente y buena”
El presidente del Congreso de los Diputados se dedicó ayer a elogiar al juez suspendido de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, en su ciudad natal de Torres (Jaén). Bono, que clausuró el curso de verano de la Universidad de Jaén sobre “Justicia, política y medios de comunicación”, se refirió a Garzón como “una persona que se ha complicado mucho la vida complicándosela a los delincuentes” y que es “un hombre de buena ley, decente”. Además, señaló que los mismos que han criticado al juez Garzón son “los que ayer lo encumbraron, seguramente por la misma razón”, por lo que ha querido hacerle “un homenaje de afecto y gratitud”.
El ex ministro guardó silencio sobre el varapalo que el Tribunal Supremo dio al juez estrella el miércoles, al condenarle por actuar con “negligencia” al liberar a dos narcotraficantes de nacionalidad turca. Una sentencia contundente que deja al descubierto las carencias del juez. “Con una simple lectura de los autos hubiera detectado la fecha para prorrogarles la prisión”. En otro momento el fallo añade: “No actuó con la diligencia y atención exigibles”.
No es la primera vez que el presidente del Congreso se dedica a piropear al juez que está imputado por tres delitos en el Tribunal Supremo. En mayo del año pasado, cuando el Consejo General del Poder Judicial suspendió a Garzón por presunta prevaricación en el caso de las fosas del franquismo, Bono publicó una carta en un diario de información general. La misiva comenzaba así: “Algo se muere en el alma cuando un amigo se va”. A continuación añadía: siento mi “alma” triste por la “suerte transitoria que rencores y manos sucias te desean”.
Sobre su suspensión Bono reflexionaba así: “¿Te habrían denunciado si hubieras levantado diligencias contra Azaña o contra Besteiro?”. Una vez más el ex ministro hacía gala de su discurso demagógico y distorsionador de la realidad tan utilizado en sus declaraciones.