LA GACETA DE INTERECONOMIA
Insultos, en vez de explicaciones
Hace un año, Bono puso 9.000 kilómetros de tierra de por medio para irse a la Expo de Shanghái y no dar explicaciones sobre sus desequilibrios patrimoniales.
http://www.intereconomia.com/noticias-gaceta/opinion/insultos-vez-explicaciones-20110601
Ahora ha comparecido en el Congreso, una vez que el Supremo ha rechazado la tercera querella contra él, pero para el caso es como si se hubiera quedado en China, porque en lugar de dar explicaciones, las sustituye por una catarata de insultos, con los que pone a LA GACETA de “mentirosos y calumniadores” para arriba. “Me han hecho sufrir”, “hay personas que cobran dinero por difamar”... un Bono fuera de sí tira de victimismo plañidero y cubre de porquerías a LA GACETA, sin aportar pruebas; y a cambio nos hemos quedado sin saber qué pasa con el “desequilibrio de su patrimonio”, a pesar de que sobran pruebas. Dice Bono después del archivo de la querella que “la verdad” ha prevalecido “sobre la calumnia y la vileza”. Lo primero que hay que decir es que peca de optimismo respecto a la verdad porque, como el propio Supremo reconoce, hay aspectos relacionados con su incremento patrimonial que considera irregulares: atisba “desequilibrios entre los ingresos y bienes” pero no entra a investigarlos. Es decir, constata que no cuadran las cuentas, pero “no determina que su causa u origen sea ilícito” y por esa razón no abre una causa penal contra el presidente del Congreso. ¿Cómo va a prevalecer la verdad si no hemos conseguido saber a cambio de qué el constructor Santamaría le pagó la decoración de dos de sus casas; o por qué la división hotelera del empresario abonó las estancias de la familia Bono en Baqueira? ¿De qué transparencia habla el político socialista cuando sigue envuelto en sombras el pago de al menos 400.000 euros realizado por las empresas que se anunciaban en la instalaciones de la Hípica Almenara? La querella interpuesta por Justitia et Veritas expone algo que nadie ha sido capaz de aclarar: “El impresionante incremento del patrimonio inmobiliario de Bono”, que se produjo mientras desempeñaba el cargo de presidente de Castilla-La Mancha.
Pero hay una segunda razón por la que Bono no puede decir que prevalezca la verdad: la Justicia no ha dicho la última palabra. El Juzgado de Instrucción número 6 de Toledo investiga a los administradores de Almenara por presunto delito societario y falsedad documental.
Se supone que el Congreso es el ágora de la luz y los taquígrafos, pero la tercera autoridad del Estado ha aparecido como un basilisco, cubriéndonos de insultos, con la típica estrategia encaminada a tapar con un bote de humo lo que de verdad importaba y lo que esperan los ciudadanos: explicaciones. La prueba de que su estrategia está calculada al milímetro para soslayar las explicaciones es que Bono lanzaba las descalificaciones gravísimas en genérico, sin referirse explícitamente a LA GACETA. Si tan claro lo tenía, ¿por qué no se atrevió a nombrarnos? ¿Tal vez porque hubiera tenido que demostrar que realmente eran difamaciones y calumnias, lo cual no hubiera tenido futuro ante un tribunal?
LA GACETA se ha limitado a cumplir con el deber contraído con los lectores y ha informado de las propiedades de Bono (esas que niegan ciertos periódicos de cámara que se “olvidan” en el inventario de apartamentos como el de El Campello). Y lo ha hecho limitándose a exponer unos desequilibrios en su incremento patrimonial que cualquiera puede descubrir en la secuencia registral de sus cuentas. Ni calumnias, ni difamaciones, ni insultos. Lo contrario que un político que presume de transparencia, cuando su patrimonio está plagado de preguntas sin respuesta.
viernes, 3 de junio de 2011
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