viernes, 1 de abril de 2011

01 DE ABRIL DE 2011

LA GACETA DE INTERECONOMIA

El otro feudo de Bono

Pero resulta que ahí sigue, tan ricamente, el presidente del Congreso. Cualquier posibilidad de una digna dimisión desaparece al contemplar que no hay una fuerza regeneradora en Ferraz con capacidad para limpiar la casa.

http://www.intereconomia.com/noticias-gaceta/opinion/otro-feudo-bono-20110331

Más de uno daba a José Bono por liquidado en la quiniela sucesoria, porque a pesar de la presión brutal que se ejerce para acallar las informaciones de LA GACETA – y que ha conseguido el silencio sonrojante de muchos medios–, en la opinión pública ya ha calado esa perplejidad que produce un enriquecimiento tan llamativo, y eso ha estropeado bastante su maquillaje de campechanía y honradez, una careta construida con esmero que le ha salido mucho más cara que sus implantes capilares. Además, la Justicia todavía está investigando las extrañas cuentas de esa hípica toledana, tan chic, y no hay que descartar que aparezcan nuevos capítulos sobre esta versión manchega de Falcon Crest.
Pero resulta que ahí sigue, tan ricamente, el presidente del Congreso. Cualquier posibilidad de una digna dimisión desaparece al contemplar que no hay una fuerza regeneradora en Ferraz con capacidad para limpiar la casa. No hay quien se atreva a enterrarle de forma definitiva porque probablemente se ha presentado ante sus compañeros escribiendo sobre la arena y murmurando “el que esté libre de pecado que tire la primera piedra”. Y claro, así es imposible cualquier lapidación, que el que más y el que menos está pringado en sonados escándalos, como si la verdadera carrera del Partido Socialista consistiera en protagonizar la mayor tropelía política de la democracia. Al principio, hace décadas, el listón estaba en un despacho de chanchullos en la Junta; hoy hacen ingeniería financiera con numerosos ERE donde se reparten millones, y negocian trozos de España sentados en la mesa con terroristas. Hace tiempo que Barrionuevo y Juan Guerra parecen simples aprendices, casi ursulinas comparados con los métodos de los nuevos camaradas de Ferraz.
Y en este Titanic socialista vuelve Bono a desplegar su poder; al menos hace toda la ostentación que puede de su influencia, recibiendo con una mal escenificada reserva a los hombres fuertes del partido, convirtiendo su despacho en una especie de sacristía conspiradora, donde reparte consejos y secretos, mientras se mezcla el olor a azufre con el del incienso. Quizá sea ese aspecto tan vaticano el que le ha permitido amordazar a La Razón, que ya ha desistido de informar a sus lectores sobre el increíble patrimonio de don José o sobre los regalos que recibía de constructores.
Por la romería ante su despacho del Congreso han pasado Zapatero (dos horas a puerta cerrada), Barreda, Rubalcaba y, ayer, Blanco. Bono habló con el cancerbero de Ferraz de la sucesión y de las elecciones, pero sin duda de lo que más ha disfrutado el presidente del Congreso ha sido de poder referir esta reunión ante la prensa, enseñar que él sigue contando, que su opinión tendrá importancia en el comité federal y que su despacho está en el itinerario imprescindible para cualquiera que pretenda mover ficha en la partida amañada de la sucesión.
Un estilo muy propio de Bono, experto en pescar en río revuelto y en repartir etiquetas (“Zapatero siempre ha estado en las quinielas”; “Rubalcaba sigue siendo una liebre eléctrica tras la cual corren los galgos”), que sirven a su vez para retroalimentar las intrigas. Lo cual sería muy adecuado en los despachos de Ferraz, pero vulnera las más elementales reglas democráticas en la Carrera de San Jerónimo. Pero ya se sabe: Bono utiliza su cargo de tercera autoridad del Estado para hacer partidismo; del mismo modo que utilizaba su poder de gobernante en Castilla-La Mancha para hacer otras cosas.

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