LA GACETA DE INTERECONOMIA
Bono pidió una tregua a Cospedal después de que LA GACETA destapase su patrimonio
El presidente del Congreso se vio en secreto con Esteban González Pons para tratar de enderezar su imagen pública. Nacho Uriarte hizo de intermediario entre el PP y el ex presidente castellanomanchego.
http://www.intereconomia.com/noticias-gaceta/politica/bono-pidio-tregua-cospedal-despues-que-gaceta-destapase-patrimonio-20110212
Antonio M. Beaumont
Muchos supieron de la existencia de Ignacio López del Hierro cuando Cospedal le agradeció en público, al ser elegida secretaria general del Partido Popular en el Congreso de Valencia, el que estuviera “siempre ahí”. Y en efecto, desde hace tiempo ya, Ignacio López del Hierro está muy presente en la vida de María Dolores de Cospedal, siendo de hecho un padre para su hijo Ricardo.
Su álter ego
Ignacio, según confesión de la propia número dos, le ha aportado confianza, estabilidad y la posibilidad de compartir sus dudas. Pero también realismo. (...) Es mucho más que la conciencia crítica de Cospedal. Su mujer no es de las que cuelgan su alto cargo en el perchero de casa: cuenta con él, y él ejerce en la sombra como asesor personal. La política ocupa su vida de pareja, hasta el punto de que más de uno en el seno del partido hace referencia a López del Hierro con el apodo de Cospodol.
Al fin y al cabo, Ignacio López del Hierro arrancó su carrera en la política con UCD, siendo gobernador civil de la provincia de Toledo a finales de los setenta, una circunstancia que le permite entender los sinsabores y las servidumbres de su esposa. “El oficio de María Dolores –comentan amistades del matrimonio– es complicado de sobrellevar si la pareja carece de comprensión, porque está lleno de ingratitudes. Ignacio lo ha sufrido en sus propias carnes”.
Si de algo sabe Ignacio López del Hierro es de la manera de guardar la calma. Lo ha hecho en su vida privada y en sus negocios, y además en negocios de altura en el sector de la construcción, en cuanto consejero de Metrovacesa y activo vicepresidente de la antigua Bami, en cuyo consejo de administración, por cierto, se sienta uno de los mejores apoyos de su mujer en la Torre de Marfil, Miguel Arias Cañete.
López del Hierro siempre fue un fiel escudero del empresario valenciano Joaquín Rivero, en aquel momento presidente de Metrovacesa, y había mantenido “amistad” con el yerno de José María Aznar, el conseguidor Alejandro Agag, de quien, a decir de algunas voces, no guarda el mejor de los recuerdos por su presunto papel en la opa hostil sobre la empresa inmobiliaria que lanzó en 2003 el grupo italiano Caltagirone, la constructora italiana presidida por Franco Gaetano Caltagirone, empresario cercano al primer ministro Silvio Berlusconi. “Cospedal y López del Hierro son amigos desde hace muchos años”, relata un conocido, “y en un momento dado aquello se convirtió en algo más”, hasta que los dos optaron por dar rienda suelta a sus sentimientos. Otra fuente concreta que les presentaron unos amigos de María Dolores, casualmente parientes de Ignacio. Lo cierto es que López del Hierro ejerce en la sombra de álter ego de Cospedal desde hace tiempo. (...)
La relación de Ignacio López del Hierro con María Dolores de Cospedal no trascendió públicamente hasta años después, cuando fue nombrado consejero en la Corporación Industrial de Caja Castilla-La Mancha, en el verano de 2007. Un cargo que, a la postre, se convirtió en una auténtica bomba de relojería para él y para su propia esposa, obligada a negar que ella lo impusiese por enchufe, tal y como denunció al cabo de tres años el PSOE, con la caja ya intervenida por el Banco de España. Es más, el nombramiento salió a la luz tras la designación de Cospedal como secretaria general del PP, casi un año más tarde, y entonces, fuentes próximas a López del Hierro señalaron que él se había incorporado a propuesta del ex presidente de la entidad, Juan Pedro Hernández Moltó. Según la versión popular, fue Hernández Moltó quien, viejo conocido de López del Hierro, quiso incorporarlo al consejo del grupo industrial, a lo que Cospedal, por entonces sólo presidenta regional del PP de Castilla-La Mancha, no se opuso.
Error estético, a decir de muchos y de los resultados posteriores. Pero de nada sirve lamerse las heridas a toro pasado. La imagen ha sido siempre una de las mejores armas de María Dolores de Cospedal. Para ello, cuenta a su alrededor con un grupo de profesionales a cuya elección y coordinación tampoco es ajeno Ignacio López del Hierro. Por mucho que en sectores de Génova, sobre todo los más próximos al área de prensa, tal consejería externa cree quebraderos de cabeza y algún que otro disgusto profesional.
Nunca el Partido Popular confió demasiado en la imparcialidad del Fiscal General del Estado, pero a raíz del Bonogate, Bonopoly o Bonoloto, como se calificó el desaguisado en los medios, menos todavía. Enterarse de sus decisiones por la prensa fue el remate. María Dolores de Cospedal se mostró sorprendida e indignada de que la respuesta del fiscal a sus sucesivos escritos solicitando la apertura de una investigación al presidente del Congreso llegase a la sede de Génova dos días después de que se hubieran enterado de su opinión por una filtración en La Vanguardia. (...)
Bono pide tregua
Las magulladuras sufridas por José Bono ya no tendrán cura y él mismo fue plenamente consciente de ello. Que el presidente del Congreso tuviese la necesidad de implicarse personalmente hasta el punto de enarbolar una bandera blanca ante el Partido Popular lo evidenció. Sin público y, sobre todo, sin micrófonos de radio ni cámaras de televisión, Bono mantuvo, según fuentes del PP, un encuentro en la más estricta reserva con el vicesecretario general de Comunicación, Esteban González Pons, en un intento de enderezar la situación de marras para poder salir de la legislatura con la cabeza alta.
Con una imagen tan averiada, el castellanomanchego creyó adivinar una oportunidad de pasar página que le permitiese reengancharse de alguna forma en la carrera del reemplazo de un José Luis Rodríguez Zapatero con plomo en las alas. Las mismas fuentes admiten que la cita fue terciada por el presidente de Nuevas Generaciones, Nacho Uriarte, cuyos contactos con José Bono eran frecuentes y afectuosos. Más aún desde que a oídos del socialista hubiese llegado que al joven dirigente popular algunos de sus compañeros le tenían apartado por considerarle el garganta profunda que adelantaba al presidente del Congreso los pasos en su contra.
El terreno parecía listo para encontrar una salida al embrollo y promover un arreglo satisfactorio para las dos partes. Según cuentan los consultados, González Pons escuchó de viva voz de Bono su convencimiento de que ni más ni menos que Ignacio López del Hierro, marido de María Dolores de Cospedal, era la mano que tiraba las piedras de las filtraciones a la prensa contra su tejado. Sabía que el vicesecretario general de Comunicación se había negado a conceder una entrevista en el diario LA GACETA sugerida por el esposo de Cospedal para cargar contra él. Así que creía tenerlo claro. Tanto como para ofrecer al dirigente del PP un trato. Imbuido de la idea de que todo es posible en política, José Bono no sólo evitaría esgrimir sus sospechas sobre López del Hierro, sino que renunciaría a hacer campaña para José María Barreda en las elecciones autonómicas en Castilla-La Mancha. A cambio, exigía al Partido Popular justa correspondencia. Esto es, debía olvidarse de apuñalarle en la plaza pública y enterrar su abultado patrimonio bajo hormigón.
El caso es que por esas u otras cuestiones, aquella misma noche de la supuesta cita en el despacho del presidente de la Cámara baja, el vicesecretario de Comunicación del PP, desde Cuenca, donde había acudido a un acto de su partido, marcó el número de la secretaria general del PP. Inoportunamente, descolgó el teléfono Ignacio López del Hierro. ¡Caramba! María Dolores de Cospedal estaba atareada con su hijo y su esposo le emplazó a darle el recado. Pero poco pudo hablar González Pons, porque López del Hierro le echó una bronca enorme acusándole de estar cargando poco las tintas de la oposición contra el presidente del Congreso: “A Bono hay que arrinconarlo políticamente. ¿Me oyes, Esteban? Hay que ser mucho más duros con él”, dijo alterado el marido de Cospedal. Eso fue todo. Prueba evidente de los nervios desatados y la desconfianza que se vivía aquellos días.
Duelo secreto de Cospedal y Rubalcaba por Gürtel
Cuando en Génova vieron cómo Gürtel lo convertía todo en una suerte de Guantánamo español, Cospedal decidió reunirse en secreto con Rubalcaba para dejar claro que el PP no se chupaba el dedo. El encuentro con el ministro fue explosivo, un duelo dia-léctico cargado de electricidad. Cospedal salió al ataque:
-La utilización política que estáis haciendo del Gürtel es una vergüenza. ¿Buscáis que desaparezcamos como partido o que directamente no nos presentemos a las elecciones?
Rubalcaba acusó el golpe:
-¿Cómo se te pueden pasar por la cabeza esas cosas? ¿Estás loca, María Dolores?
Cospedal continuó haciendo patente su malestar:
-Tú lo que quieres es que sólo tengamos tres millones de votos. Eso te gustaría. Pero va a ser que no, Alfredo. No estamos dispuestos a desaparecer. Te recomiendo que no sigáis por ahí porque nos revolveremos. Nos podéis hacer mucho daño, sin duda, pero nosotros también a vosotros. Queréis expulsarnos.
Rubalcaba, habituado a torear en plazas difíciles, dio a la secretaria general una larga cambiada:
-Todo es mentira.
Pero sí, eso pasó, por desgracia. Parecían haberse creado unos tribunales inquisitoriales que se lanzaban con fragor a la tarea de tejer una causa general contra el PP, poniendo en riesgo los pilares constitucionales.
La mujer que pilota la transición del PP al poder
La biografía ‘Cospedal. La reina de la Torre de Marfil’ (LibrosLibres) llegará a las librerías el próximo martes. Su autor, contertulio habitual de ‘El Gato al Agua’, ha tenido acceso al entorno más directo de la secretaria general del PP, la mujer que dirige con mano firme la formación llamada a gobernar España dentro de un año, amén de contar con todas las papeletas para regir ella misma los destinos de su Castilla-La Mancha natal.
Martín Beaumont nació en Madrid en 1957 y toda su vida profesional ha transitado por los ámbitos de la comunicación y la política. Licenciado en Ciencias Políticas, fue presidente nacional de Nuevas Generaciones del PP y también diputado en Castilla y León por el PP en los años 80. Abandonó la política activa para desempeñar durante 14 años tareas directivas en el departamento de organización y comunicación de una importante multinacional italiana. En 2000 fundó el diario digital ‘El Semanal Digital’, del cual es director. También colabora en LA GACETA y en la revista ÉPOCA ‘siete días’, entre otros medios del Grupo Intereconomía.
lunes, 14 de febrero de 2011
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